Ayer por la tarde, 31 de
octubre, algunos alumnos del Bachillerato de Adultos del IES Las
Salinas revivieron el maremoto de Cádiz de 1755 de mano del
presidente del IERD.
Enlace a la noticia del Diario de Cádiz
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El Instituto Español para la Reducción de los Desastres (IERD)
viene organizando anualmente
jornadas informativas sobre la relación de Cádiz con los maremotos
en estas fechas, coincidiendo con el aniversario del tsunami de
1755. Al igual que en años anteriores este organismo intercala
conferencias de expertos en la materia con rutas guiadas por la
ciudad donde se explican los daños ocasionados por el último gran
maremoto.
Alumnos del IES Las Salinas posan junto con José Antonio Aparicio.
Seis
alumnos de Bachillerato de Adultos y una alumna de la ESPA se unieron
a un grupo de más de treinta personas para escuchar a una de las
persona que posiblemente más sepa de este evento: José Antonio
Aparicio. Este magnífico comunicador preparó un itinerario que
empezó a las 17:00 horas en el interior del Castillo de San
Sebastián y recorrió el arrecife hasta la puerta de la Caleta,
siguiendo por la Avenida Duque de Nájera y terminando en el interior
de la iglesia de La Palma.
Momento de la ruta en el que José Antonio Aparicio
indica por dónde vino la ola de 1755.
Zona donde el tsunami impactó con más violencia
Frente a la pintura y la placa de mármol que recuerdan los hechos
que se atribuyen a la intercesión de la Virgen de
La Palma el 1 de noviembre de
1755.
En
el interior de este carismático templo el hermano mayor de la
cofradía, Francisco Javier Lucero, nos explicó el milagro de la
Virgen de la Palma y nos mostró el estandarte y crucifijo original
que frenaron las aguas. Ya en la sacristía, el historiador Antonio de
la Cruz nos habló de la importancia de los archivos de
esta parroquia, mostrándonos unos escritos de la época en los que
se describen los sucesos del 1 de noviembre de 1755. Según relatan, el fraile capuchino Bernardo de Cádiz y el
párroco Francisco Macías sacaron un estandarte de la Virgen de la
Palma, junto a un pequeño crucifijo, y al grito de “Hasta aquí,
Madre mía” consiguieron hacer retroceder las aguas del maremoto.
Francisco Javier Lucero explicando la réplica del estandarte de
la Virgen de la Palma que sacan actualmente en procesión.
Copia del escrito original de 1755 que Antonio de la Cruz pasa en
la sacristía de la iglesia para que se aprecie la detallada
descripción que se realiza de ese 1 de noviembre.